El Palacete de los Ocharan, también conocido originalmente como Palacio de Ocharan, es una joya arquitectónica situada en el encantador pueblo de Castro Urdiales, en la región de Cantabria, España. Esta magnífica finca, diseñada por el reconocido arquitecto Eladio Laredo, fue encargada por Luis de Ocharan, un notable escritor, fotógrafo y empresario de Bilbao. El Palacete de los Ocharan no es solo un edificio, sino un complejo de estructuras que en conjunto forman uno de los monumentos más significativos de esta pintoresca localidad costera.
Construido en 1901, el Palacete de los Ocharan fue el primer elemento de una serie de obras arquitectónicas que Luis de Ocharan imaginó para su propiedad. Luis de Ocharan era un hombre de múltiples talentos e intereses. Su pasión por la fotografía le ganó un lugar entre los mejores pictorialistas de su época, y su éxito en diversos campos le permitió embarcarse en un proyecto tan ambicioso. El palacete fue estratégicamente construido cerca del puerto de Castro Urdiales, permitiendo a Ocharan vigilar de cerca el movimiento de sus barcos, que eran esenciales para sus negocios en la industria minera.
En 1914, se añadió un castillo neogótico a la finca, completo con un muro almenado de estilo mudéjar y un pequeño observatorio que reflejaba el interés de Ocharan por la astronomía. Esta mezcla ecléctica de estilos arquitectónicos, situada en medio de exuberantes jardines con más de cincuenta especies de árboles, creó un entorno único y encantador. La finca también incluía una capilla privada y una casa para los cuidadores, asegurando que la propiedad estuviera bien mantenida y segura.
El Palacete de los Ocharan es un impresionante ejemplo de arquitectura ecléctica, caracterizado por su fachada de mármol rosa y blanco adornada con elementos griegos e italianos. La fachada porticada está enmarcada por diez columnas jónicas dispuestas en filas dobles, creando la apariencia de un pequeño templo. Una escalera doble lateral añade grandeza a la entrada. La fachada está además embellecida con azulejos cerámicos diseñados por Daniel Zuloaga, un renombrado pintor y ceramista conocido por su trabajo en edificios prominentes como el Palacio de Cristal en el Parque del Retiro y el Hospital de Maudes en Madrid.
La fachada principal del palacete se asienta sobre una base de mampostería, con cinco aberturas con rejas de hierro en forma de telaraña. El techo es de diseño a cuatro aguas, inclinándose en todos los lados, y está coronado por una clásica torre cuadrada con acroteras en las esquinas y motivos florales como decoración. Esta combinación de elementos crea una estructura visualmente impactante y armoniosa que captura la imaginación de todos los que la visitan.
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Adyacente al palacete, el castillo neogótico se erige como un testimonio de la destreza arquitectónica de Eladio Laredo. El castillo está rodeado por un muro almenado de inspiración mudéjar, con varias torres almenadas y aberturas en forma de herradura. Dentro del castillo, se construyó un pequeño observatorio para satisfacer la fascinación de Luis de Ocharan por las estrellas. El diseño oriental del observatorio añade un toque exótico a la estética general de la finca.
El castillo y el observatorio están situados cerca de la ahora desaparecida línea de ferrocarril Castro-Traslaviña, rodeados de vegetación exótica que realza la atmósfera mística de la finca. La combinación de elementos neogóticos y mudéjares crea un conjunto arquitectónico cautivador y único que es tanto históricamente significativo como visualmente impresionante.
Los extensos jardines que rodean el Palacete de los Ocharan son una maravilla botánica, con una diversa gama de más de cincuenta especies de árboles. Entre los árboles notables se encuentran dos palmeras de coco, secuoyas, tilos, acacias, laureles y dos árboles de Ginkgo biloba. El Ginkgo biloba, también conocido como el árbol de la esperanza, es nativo de Japón y es famoso por su resistencia. Después del bombardeo atómico de Hiroshima, un árbol de Ginkgo biloba ubicado a un kilómetro del sitio de la explosión comenzó a brotar nuevas hojas, simbolizando esperanza y renovación en medio de la devastación. Estos jardines, meticulosamente diseñados para crear un ecosistema único, proporcionan un telón de fondo sereno y encantador a las maravillas arquitectónicas de la finca.
En la década de 1970, la finca pasó a ser propiedad de Miguel de la Vía, un destacado empresario conocido por su restauración y apertura al público de la Torre Loizaga en Galdames, Vizcaya. La colección de vehículos Rolls-Royce de De la Vía, alojada en Torre Loizaga, se considera una de las mejores de Europa. En el año 2000, la finca se convirtió oficialmente en un museo y se unió a la Ruta Europea del Patrimonio Industrial (ERIH).
En 2015, se lanzó un proyecto para organizar visitas guiadas al Palacete de los Ocharan, permitiendo a los estudiantes de las escuelas locales explorar y aprender sobre este importante monumento cultural. Las visitas, dirigidas por historiadores y expertos locales, proporcionan valiosas perspectivas sobre la historia, arquitectura y significado de la finca.
El Palacete de los Ocharan no es solo un monumento histórico; es un testimonio vivo de la rica herencia cultural y arquitectónica de Castro Urdiales. Sus paredes y jardines cuentan historias de una época pasada, invitando a los visitantes a retroceder en el tiempo y experimentar la grandeza y belleza de esta notable finca. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente un viajero curioso, el Palacete de los Ocharan ofrece una experiencia cautivadora e inolvidable.
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