En el pintoresco pueblo de Kriens, situado justo a las afueras de Lucerna en el centro de Suiza, se encuentra una joya oculta de maravilla histórica e ingenieril: el funicular Kriens–Sonnenberg. Conocido localmente como el Sonnenbergbahn, este encantador funicular ofrece más que un simple medio de transporte conveniente; brinda un viaje a través del tiempo, mostrando la ingeniosidad y resistencia de la ingeniería suiza y la impresionante belleza del paisaje circundante.
La historia del funicular Kriens–Sonnenberg comienza a finales del siglo XIX, cuando el área de Sonnenberg se convirtió en un destino popular para aquellos que buscaban los beneficios terapéuticos de su aire fresco de montaña. En 1857, se estableció un centro de salud en el Sonnenberg, atrayendo a visitantes que inicialmente tenían que subir la montaña a pie o a caballo. La necesidad de una ruta más accesible llevó a la concepción del funicular.
La construcción del funicular comenzó en 1901, liderada por la firma de ingeniería local Theodor Bell & Cie. Después de casi un año de trabajo meticuloso, el funicular Kriens–Sonnenberg fue inaugurado el 5 de mayo de 1902. La línea original se extendía 839 metros, superando una diferencia de altura de 210 metros con una pendiente máxima del 42.4%. El funicular era una maravilla de su tiempo, con un túnel de 88 metros y dos puentes a lo largo de su ruta.
El éxito inicial del funicular pronto se vio desafiado por el estallido de la Primera Guerra Mundial, lo que llevó a una disminución significativa del turismo. La operación del funicular se redujo drásticamente y, en ocasiones, se suspendió por completo. La transformación del Gran Hotel en el Sonnenberg en un refugio para refugiados en 1916 no mejoró mucho la situación.
Los años 20 vieron un breve resurgimiento del hotel, pero no fue suficiente para mantener las operaciones del funicular. La recesión económica continuó, y el funicular enfrentó múltiples cambios de propiedad. El estallido de la Segunda Guerra Mundial exacerbó aún más el declive, llevando al cierre del hotel y la suspensión del servicio del funicular en 1941.
Después de la guerra, el hotel sirvió como refugio para soldados que regresaban y personas desplazadas, lo que llevó a una reanudación temporal del funicular en 1946. Sin embargo, el futuro del funicular seguía siendo incierto, especialmente después de la demolición del Gran Hotel en 1955. La comunidad local se unió para salvar el funicular y, en 1957, el municipio de Kriens asumió su operación, asegurando su preservación.
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Hoy en día, el funicular Kriens–Sonnenberg es un testimonio de la dedicación de la comunidad y el atractivo perdurable de este modo de transporte único. El funicular ha pasado por varias renovaciones, con actualizaciones significativas entre 2003 y 2007, asegurando su operación continua con estándares modernos de seguridad mientras se preserva su encanto histórico. Los vagones originales de 1902 han sido restaurados con amor, ofreciendo a los pasajeros un viaje nostálgico al pasado.
El funicular opera de marzo a octubre, proporcionando servicio diario durante la temporada. El viaje comienza en la estación inferior en Kriens, ubicada en Waldheimstrasse, y viaja casi en línea recta hasta el Sonnenberg, justo por encima del Hotel Sonnenberg. El recorrido ofrece vistas impresionantes del campo circundante, convirtiéndolo en un favorito entre turistas y locales por igual.
Al llegar a la estación superior, los visitantes son recibidos con una gran cantidad de actividades y atracciones. El área de Sonnenberg es un paraíso para los entusiastas del aire libre, ofreciendo numerosos senderos para caminatas y ciclismo que se adaptan a todos los niveles de experiencia. Los exuberantes bosques y praderas ondulantes proporcionan el telón de fondo perfecto para un día de exploración y relajación.
El Hotel Sonnenberg, ubicado cerca de la estación superior, ofrece un lugar encantador para relajarse y disfrutar de las vistas panorámicas de Lucerna y los Alpes circundantes. El restaurante del hotel sirve una variedad de platos locales e internacionales, convirtiéndolo en un lugar ideal para una comida tranquila después de un día de aventura.
El funicular Kriens–Sonnenberg no es solo un sistema de transporte; es un hito cultural que ha sido reconocido por su importancia histórica. En 2001, el funicular fue agregado al registro de patrimonio del Cantón de Lucerna, asegurando su preservación para las futuras generaciones. La operación continua del funicular es una fuente de orgullo para la comunidad local, simbolizando su resistencia y compromiso con la preservación de su patrimonio.
En conclusión, el funicular Kriens–Sonnenberg ofrece una mezcla única de encanto histórico y conveniencia moderna. Ya sea que seas un aficionado a la historia, un entusiasta del aire libre o simplemente busques un paseo escénico, el funicular Kriens–Sonnenberg promete una experiencia inolvidable. Así que súbete a bordo y deja que este encantador funicular te transporte a una época pasada mientras muestra la belleza atemporal del paisaje suizo.
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