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10 datos sobre Palma de Mallorca que te dejarán boquiabierto

Descubrid Palma de Mallorca: 10 secretos fascinantes que cambiarán vuestra visión de la ciudad para siempre

¡Buckle up, porque lo que vais a leer sobre Palma de Mallorca no es nada de lo que os han contado en las típicas guías de viaje! Palma no es solo sol, playa y fiesta; es una ciudad viva, con más de dos mil años de historia, rincones que parecen salidos de otro planeta y secretos tan locos que, sinceramente, os dejarán boquiabiertos. ¿Os suena a postureo? Pues esperaos, porque la capital balear es un auténtico cofre del tesoro para los que nos flipan los datos curiosos, los récords mundiales y las historias que podrías contar en cualquier sobremesa para dejar a todos en shock.

¿Sabíais, por ejemplo, que la catedral de Palma alberga uno de los rosetones más grandes del mundo? ¿O que en pleno casco antiguo hay un reloj de sol que JAMÁS marca bien la hora? ¿Y si os dijéramos que hay un monstruo disecado en un museo? Sí, sí, ¡un cocodrilo auténtico! Y eso no es todo: castillos redondos únicos, barrios que nacieron como villas de pescadores y hasta plazas donde se decidía la suerte de la gente en tiempos de la Inquisición. Así que, si buscáis “datos sobre Palma de Mallorca que te dejarán boquiabierto”, aquí va nuestra lista definitiva de diez bombazos históricos, arquitectónicos y culturales. ¡Let’s dive into el lado más sorprendente de Palma!

1. El rosetón de la catedral: ¡el mayor de las catedrales góticas del mundo!

Arrancamos fuerte: la catedral de Palma, “La Seu”, no solo es un icono de la ciudad, sino que presume de un rosetón gótico de nada menos que 13-15 metros de diámetro (las cifras varían, pero siempre liderando el ranking). Eso la convierte en la catedral gótica con el rosetón más grande del planeta. Y lo mejor: cuando el sol entra por ese ventanal, la luz explota en miles de colores y, durante ciertos días del año, el efecto es tan brutal que se proyecta un “ocho” perfecto de luz en el interior, lo que los locales llaman el “espectáculo del ocho”. Si aún no lo habéis visto, os aseguramos que es uno de esos momentos que se te quedan grabados para siempre. Además, la Seu está construida mirando al mar, algo muy poco habitual en catedrales cristianas. ¿Quién da más?

2. La Plaza Mayor fue el cuartel general de la Inquisición

¿Os imagináis pasear por la Plaza Mayor, rodeados de terrazas y artistas callejeros, sin saber que, bajo vuestros pies, se tomaron decisiones que cambiaron vidas para siempre? Hasta 1823, este lugar era la sede de la temida Inquisición en Mallorca. Desde aquí se dictaban sentencias, se organizaban autos de fe y se controlaba la vida espiritual (y no tan espiritual) de los isleños. Hoy la plaza rebosa vida y alegría, pero si escucháis con atención… igual todavía resuenan los ecos de ese pasado tan, tan intenso. La próxima vez que toméis un helado aquí, ¡recordad que estáis sentados sobre siglos de historia!

3. El Castillo de Bellver: ¡único por ser redondo!

¿Castillos circulares? ¡Solo hay uno en España y está en Palma! El Castillo de Bellver, construido en el siglo XIV, es el único castillo de planta circular de todo el país y uno de los pocos de Europa. Tiene tres torres semicirculares y una cuarta separada, conectada por un puente. Su nombre significa “bella vista” y, creednos, las panorámicas desde allí arriba son de película. Fue residencia real, prisión (¡allí estuvo encerrado Jovellanos!) y hoy es uno de los símbolos más impresionantes de la ciudad. Si os mola la historia y la arquitectura diferente, Bellver es un MUST absoluto.

4. El monstruo de Palma: ¡un cocodrilo disecado en pleno centro!

What if I told you que en el mismísimo centro de Palma hay un monstruo legendario… y que lo podéis ver en persona? Hablamos del “Drac de na Coca”, una criatura que aterró a la ciudad en el siglo XVIII. Pero aquí va el bombazo: el “dragón” era en realidad un cocodrilo que apareció en la ciudad y acabó siendo abatido por un valiente caballero. Hoy, el cocodrilo disecado se exhibe en el Museo Diocesano, junto a la Catedral. ¡Podéis admirar su mandíbula y su tamaño real! Hay hasta una réplica para que los peques (y no tan peques) lo toquen y flipen en colores. ¿Quién se apunta a una selfie con el dragón?

5. El barrio de Santa Catalina: de villa de pescadores a epicentro hipster

Hoy Santa Catalina es el lugar donde todo el mundo quiere estar: bares de moda, restaurantes con estrellas, mercadillos y ambiente bohemio. Pero, ¿sabíais que este barrio nació como una humilde villa de pescadores? Por su cercanía al puerto, aquí vivían los marineros en casitas bajas, muchas de las cuales siguen en pie, aunque ahora reconvertidas en cafeterías trendy y concept stores. Santa Catalina es la prueba viva de cómo Palma ha sabido reinventarse sin perder su esencia. Así que la próxima vez que pidáis un brunch aquí, pensad que estáis en el epicentro de una transformación histórica total.

6. El reloj de sol que nunca acierta la hora

¿Un reloj de sol que nunca marca bien la hora? Solo podía pasar en Palma. En la iglesia de Sant Jaume, en pleno casco antiguo, encontraréis un reloj de sol que, por la orientación del edificio, JAMÁS señala la hora correcta. El fallo de cálculo es legendario y se ha convertido en casi una atracción turística por lo irónico del asunto. Así que si alguien os pregunta la hora en Sant Jaume… ¡mejor mirad el móvil! Pequeños detalles como este hacen que caminar por Palma sea como participar en una yincana de curiosidades.

7. El Parc de la Mar: arte contemporáneo y un mar que no es mar

El Parc de la Mar es ese pulmón verde junto a la catedral donde todo el mundo hace picnic y se saca la típica foto con el reflejo de la Seu en el agua. Pero ojo: ese “mar” NO es mar, sino un lago artificial creado en los años 70 para devolverle a la catedral la imagen que tenía antes de la construcción de la autopista. ¿Lo más loco? El famoso artista Joan Miró fue uno de los jurados que eligió el diseño del parque. Así que cuando paseéis por aquí, estáis caminando por un lugar donde el arte y la historia se dan la mano. ¡Who knew!

8. La calle de la Almudaina: una vía romana con más de dos mil años

En el casco antiguo de Palma hay calles con más historia de la que podáis imaginar, pero la calle de la Almudaina es especial: fue parte de un decumanus minor romano (una de las calles principales de las ciudades romanas) y tiene, literalmente, más de dos mil años de existencia. Por aquí pasearon legionarios, árabes, caballeros medievales y, ahora, turistas y locales en busca de la mejor ensaimada. Si las piedras hablaran, esta calle sería un best seller. ¡Imaginad la de historias que esconde bajo cada adoquín!

9. El Palacio Real de la Almudaina: residencia de reyes desde el siglo X

¿Creíais que los reyes solo veranean en Marivent? El Palacio Real de la Almudaina ha sido residencia oficial de monarcas desde la época musulmana, allá por el siglo X. Primero fue alcázar islámico, luego fortaleza cristiana y, hoy, sigue siendo alojamiento real durante las visitas oficiales. Sus muros han visto pasar califas, reyes de la Corona de Aragón y hasta la familia real española. Así que cuando paseéis por sus patios y estancias, estáis literalmente donde la historia de Mallorca se escribió a lo grande. Y sí, podéis visitarlo… ¡no os lo perdáis!

10. La plaza de Abu Yahya: el último suspiro del reino musulmán

Palma ha cambiado de manos muchas veces, pero pocos saben que una de sus plazas más céntricas, la Plaza de Abu Yahya, lleva el nombre del último rey moro de Mallorca. Este fue el último gobernante musulmán antes de la conquista cristiana de Jaime I en 1229. Su derrota marcó el fin de una era y el inicio de otra completamente distinta. Hoy, la plaza es un rincón perfecto para sentarse y reflexionar sobre lo que significa el paso del tiempo en una ciudad donde cada esquina tiene algo que contar. Best part? Es uno de esos lugares que casi nadie menciona, pero que tienen una importancia brutal en la historia de la isla.

¿Y ahora qué? Después de estos diez datos sobre Palma de Mallorca que te dejarán boquiabierto, ¿no os morís de ganas de perderos por sus calles, mirar con otros ojos la catedral, buscar el dragón, o sentiros como reyes en la Almudaina? Palma es mucho más que una postal: es una ciudad con alma, secretos y mil historias que esperan a que vosotros las descubráis. Así que, la próxima vez que vengáis, acordaos de este listado y contadnos cuál os ha sorprendido más. ¡Nos vemos en la próxima aventura, exploradores de lo insólito!

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